Pues por cosas que tiene la vida y a raíz del movimiento abredatos y de todos los posts que se han escrito, ha surgido un tema de conversación sobre si el cambio en Administraciones Públicas es un tema de tecnología o un tema de actitud. A base de retuits Carlos Guadián ha decidido abrir un gdoc para que comentemos al respecto. Hemos estado comentando en el documento, y todos vamos hacia el mismo lugar: prevalece la actitud a la tecnología.
Prevalece digo? NÓRL! Debería prevalecer.
Cuando los que compran las herramientas tecnológicas son departamentos de tecnología, sin conocer procedimientos internos de la institución y sin conocer de qué forma se van a establecer las gestiones de bases de datos, ni de qué manera se van a relacionar con otras instituciones (la interoperatibilidad de datos está aquí para quedarse) y ni se han planteado cómo y quién va a gestionar estas herramientas, pues nos encontramos con mastodontes tecnológicos infrautilizados.
Infrautilizados porque toda la base tecnológica construida para gestionar fácilmente bases de datos, permisos, accesos, creación de espacios públicos y privados, diferentes perfiles para diferentes usos (administradores, responsables de áreas, almitas que puedan modificar contenidos, o cambiar carpetas de sitio en repositorios…)… pues no se usa porque no hay costumbre de usarse, no hay costumbre de hablar, no hay costumbre de colaborar, no hay costumbre de compartir, no hay costumbre de informar ni de compartir éxitos y fracasos.
Está en la conversación el papel de las empresas de tecnología… Trina Milán aporta en el sentido de que el proveedor externo también puede ser el proveedor de contenido, que mediante la estructura de la información y su gestión puede aportar más que la tecnología al cambio. Vale, pero ese proveedor difícilmente será el mismo que el de tecnología, o si lo es, será porque tenga una parte de la plantilla destinada a hacer estas faenas más propias de consultores que de técnicos, pero imprescindible para, como dice Joanka en su aportación, elegir la herramienta y su programación de forma más adecuada a cada institución.
Ha entrado en el debate el papel de las empresas de tecnología sólo como proveedores para vender su producto (Antonio). No creo que se les pueda culpar por ello. Ellos son vendedores de una plataforma y corresponde a la institución dar las directrices para desarrollarla, para priorizar tareas y dirigir y planificar su implantación. Ahora, sí reconozco que en mis trabajos en administraciones públicas, me he encontrado con empresas que viven, casi exclusivamente de producir para administraciones. Cuando uno produce para administraciones tiene que tener un papo considerable (casi de admirar, oigan), porque es muy común que haya decisiones que vienen por parte de cargos políticos que deciden o desdeciden con absoluto desconocimiento. Si tienes un poquito de sangre, pues esto te repatea bastante, porque a poco involucrado que estés con tu trabajo molesta que se desprecie por vetetúasaberqué. Pero si tu misión en la vida es ganar dinero para trabajar, estas indefiniciones te van que ni pintadas, porque se amplía el proyecto, posiblemente sin concurso público porque ya me dirás tú como se sepa que los recursos (de pasta y de personas) se tiran por cambiar el objetivo final.
Entiéndanme, de todo hay en la viña del señor, pero es que en administración pública es muy fácil culpar al funcionario cuando hay un problema grande de decisiones en las que un señor está ahí porque alguien piensa que lo puede hacer bien, pero que no tiene ni idea de cómo funciona el percal y posiblemente los objetivos sean diferentes que el anterior. Y además, cuando en administración pública dificilmente va a venirte el jefe a pedirte responsabilidades, porque, en realidad no tienes jefe.
Los desarrollos tecnológicos y más en el momento en el que nos encontramos ahora en el que la tecnificación es imprescindible casi por ley (la famosa 11/2007 de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos), obligarán a administraciones a estandarizar procedimientos. Si o sí. La apertura de datos va a ir detrás, porque las bases de datos no van a entender de boes ni de consejos ejecutivos: la información tiene que estar ahí sí o sí. No vale ir a rastrear decretos, tendrán que estar accesibles y, como dice Marc, esto llevará a la transparencia (inocentín, él… yo me conformo con que no sea tan opaca la cosa).
Vamos, que lo que tiene que haber es actitud y ganas. Me he encontrado con muchos funcionarios con ganas. Muchos que por cultura ya están compartiendo su trabajo y sus procesos, y a éstos vamos a ponerles tecnología y a implicarlos en el planteamiento del proyecto. Por otro lado están los que no necesitan ni quieren cambiar procedimientos de trabajo. Lamentablemente a estos la tecnología les arrastrará. Porque con la ayuda de los primeros estos segundos llevan las de perder.
Y hay posibilidades. En este post hay un buen resumen de lo que implica un cambio tecnológico en una entidad. Para una administración pública? No, para cualquier empresa que pretenda usar y potenciar todo el talento que tenga dentro, ya sea para ganar más pasta o para que funcione de forma ágil. Y lo ha escrito un consultor? No. Un funcionario implicado? No. Un ex-funcionario/trabajador con funcionarios resentido? No.
Está en el blog de una empresa de tecnología, sowre. Claro, pero lo escribe el de comunicación para quedar bien. No, lo escribe el jefazo más jefazo que tienen, Marco Cimino, que fundó una empresa de tecnología y que se está dando cuenta de que sólo vendiendo e implementando tecnología dejan una parte (la de gestar bien estas herramientas) un poquito al aire.
Para nada está todo perdido. Pero el cambio en las administraciones y grandes entidades (las administraciones nos pican más porque las pagamos nosotros) va a pasar por encima de políticos, básicamente porque nosotros empezaremos a empujar. Opino, como en este post, que abredatos presenta un punto de no retorno. Y mola.
Si habéis llegado hasta aquí, criaturas, no perderse el de Marco en lo que implica una empresa social ni el de Antonio Mas con sus conclusiones sobre abredatos.
Tona, cuentas unas cosas tan raras que no me he enterado de nada, por lo tanto no puedo formarme una opinión.
Conociéndote seguro que es una reflexión superchula de tecnologías y cosas así con las que trabajas.
Pero yo … Sorry :(
Mame, es un rollo! =)
Se trata de procurar que la adminitración pública deje de ser un nido de burocracia inútil. Como ahora hay tecnología que permite homologar procedimientos, compartir archivos entre diferentes administraciones y leyes que obligan, se intentan cambiar ciertos hábitos. Pero lo difícil no es la tecnología, lo chungo es hacer que cambien la idiosincracia de las instituciones. La tecnología no entiende que un documento/expediente vaya por ahí dando vueltas y lo mismo tarde 3 días en procesarse que 30.
En eso estamos Mame, en cambiar el mundo.
=)
Y te nombraré ministro de educación y piedras cuando domine el mundo!
Cambiar el mundo no se puede… se puede alterar un poquillo… y más tratando con burócratas que no saben hacer la O con un canuto…
Pero es cierto, la tecnología no es la culpable. Es como echar la culpa al cuchillo por el asesinato.