Refugiados, repatriados y desplazados

Me he encontrado el vídeo de Yeonmi Park.

Es una chica que hace dos años destrozó varias almas contando su historia huyendo de Corea del Norte en el 2014. Me afectó mucho entonces pero, as isual, lo había olvidado.

Olvidamos demasiadas cosas. Y eso lo digo yo que más o menos QUIERO estar informada porque, como he dicho varias veces, no quiero que mis sobrinas me pregunten qué hacía yo mientras ocurrían las barbaridades que están pasando.

Ahora estamos inmersos en un mundo de desastre y ellas lo ven en las noticias, pero dudo que lo entiendan… No es fácil entender la barbarie.

De hecho me niego a asumirla como normalidad. Con gente muriendo en cualquier lado. Con familias destrozadas en cualquier entorno. Con mogollones de críos naciendo y creciendo rodeados de odio.

Y cuando quieren irse a un sitio donde simplemente se pueda vivir se encuentran con personas que les roban. Personas que les maltratan, que abusan de ellos, que les hacen pagar dinero que no tienen para llegar a un sitio inseguro…

No quiero ir a mirar la cantidad de personas muertas ahogadas (creo que junto con quemado es la peor muerte) huyendo de un sitio de donde no se puede vivir. Mujeres y niñas explotadas, violadas, vendidas… La noticia de que han desaparecido 10.000 niños, muchos de ellos en manos de mafias de trata de personas debería tenernos a todos en las calles. Nuestros gobernantes llevan meses planteando cómo tratar el tema de las personas que huyen de los sitios donde vive no porque quieran, sino porque allí sólo tienen muerte. A corto o largo plazo, pero muerte. Rápida, a balazos. O lenta, de hambre. Puedes morir el primero de tu familia o puedes ver cómo mueren tus hijos, tu marido…

Huyen de Siria, básicamente, aunque también de Afganistán y de países sin pasado, presente ni futuro. Huyen de Nigeria, de Sudán, de el Congo, de Somalia. Tardan meses en llegar a un Mar Mediterráneo que los está matando antes de llegar.

El testimonio de Yeonmi narra uno de esos éxodos, una de esas huidas hacia la supervivencia propia y de sus hijos, y a la vez la más absoluta de las vergüenzas de la especie humana. Como ella habrá ahora mismo centenares de niños y adolescentes.

He encontrado en youtube el vídeo de la presentación y su discurso. Hay que verlo. Son 15 minutos.

Al menos, seamos conscientes. No vale mirar a otro lado. Igual no es fácil actuar, igual no es fácil hacer algo para mejorar la vida de estas personas y de las que quedaron en el país de origen, pero no querer ser conscientes nos hace unos bestias.

Después de este vídeo me ha salido éste otro. Es ella, un año después, con un vestido precioso. Toda pequeñita y flaquita. Y te entra un orgullo de género. Un orgullo de mujer que pocas veces puedes sentir.

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